Una larga disputa fronteriza entre Tailandia y Camboya ha estallado en los enfrentamientos más mortales en más de una década, dejando al menos 30 personas muertas y desplazando a decenas de miles. El conflicto se centra en un territorio en disputa cerca de antiguos templos, con ambos lados intercambiando fuego de artillería pesada y acusaciones sobre quién inició la violencia. La situación ha provocado la ley marcial en las regiones fronterizas tailandesas, advertencias de viaje urgentes y el retiro de embajadores. El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha intervenido, instando a ambas naciones a acordar un alto el fuego inmediato y amenazando con repercusiones comerciales si continúan las hostilidades. La crisis se ve complicada por agravios históricos, rivalidades políticas y la participación de potencias importantes como China y los Estados Unidos.
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